Sec. Gutierrez on the future of trade relations in North America

Las Empresas en los Tiempos de Cólera

Carlos M. Gutiérrez / Opinión

Han pasado 10 años y apenas comenzamos a entender el impacto de la crisis financiera del 2008. Algunas economías han vuelto a crecer, al tiempo que en Estados Unidos y varios países europeos cobran fuerza movimientos políticos y sociales contra la migración y, en el caso de EU, también contra el libre comercio.

Algunas economías han vuelto a crecer al tiempo que en Estados Unidos y varios países europeos cobran fuerza movimientos políticos y sociales contra la migración y, en el case de EU, también contra el libre comercio.

Estos movimientos, en ocasiones motivados por temor y enojo ante un futuro incierto, representan un gran reto para las empresas que dependen de las exportaciones y de cadenas de suministro transnacionales para ser exitosas. Hoy, maniobrar la geopolítica no es un tema que solo compete a los actores gubernamentales tradicionales; las empresas también necesitan contar con estrategia de relaciones internacionales propia.

La incertidumbre generada por la crisis financiera, los reveses económicos y las guerras extendidas, han hecho que EU sea un actor cada vez más reacio a mantener el sistema económico y de seguridad internacional establecido después de la segunda Guerra Mundial. Esta tendencia se agudizó con la llegada de Donald Trump. Las decisiones de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y de retirarse del Acuerdo de Asociación Transpacífica reflejan una visión de “suma cero” del comercio internacional. La imposición unilateral de aranceles al acero y aluminio y una relación contenciosa con China podrían desatar un nuevo desorden económico global que ni los gobiernos ni la Organización Mundial del Comercio están hoy preparados para manejar.

El mundo que tuve la oportunidad de conocer como presidente y director general de Kellogg y como Secretario de Comercio de EU es radicalmente diferente al mundo que vivimos hoy. Los nuevos desarrollos tecnológicos en inteligencia artificial, robótica, nanotecnología y energía renovables están transformando la producción y comercialización de bienes y servicios. En mis viajes a China, no deja de sorprenderme lo avanzado que esta el país en el uso del celular para pagar y de robots en la industria y vida cotidiana.

Los altos niveles de desconfianza, cambios de política comercial y avalancha innovadora hacen que muchos gobiernos estén rebasados. En este contexto, es una buena idea que las empresas internacionales cuenten con una estrategia de relaciones internacionales propia, que les permita no solo prevenir y manejar los riesgos propios de operar en varios mercados, sino atender proactivamente los grandes cambio políticos de nuestro tiempo. Una perspectiva internacional como eje central de la estrategia de negocios busca entablar relaciones propias con actores políticos, empresariales y sociales, mas allá de la operación cotidiana.

Esto no significa que empresas y gobiernos no deban trabajar juntos para afrontar los cambios. Los países que decidan apegarse a reglas claras de comercio e inversión, de hecho, continuaran siendo los mejor posicionados para ayudar a sus empresas a prosperar en un contexto internacional incierto. Argentina, por ejemplo, está impulsando cierto tipo de reformas precisamente aprovechando la coyuntura. México también decidió modernizar sus tratados comerciales e incluso suscribir algunos nuevos notablemente el Acuerdo Integral, Comprensivo y Progresivo de la Alianza Transpacífica.

Estas acciones contrastan con lo que sucede en las empresas de tecnologías de la información en EU que, debido a nuevas restricciones migratorias impuestas por Trump, enfrentan dificultades para retener talento calificado. Las pérdidas de EU se convierten en ganancia en otros países que buscan atraer talento en esta y otras industrias.

Pero no hay mal que por bien no venga. La incertidumbre geopolítica y el cambio tecnológico están obligando a las empresas internacionales a hacer un alto en el camino para reconsiderar sus opciones y explorar nuevas alianzas. Varios mercados en America Latina, Asia y Africa representan grandes oportunidades para multilatinas. Aventurarse en nuevas geografias parece difícil, pero es una decisión inteligente en tiempos de cólera.